Desde UNIAGRARIA acercamos a los jóvenes rurales a la formación profesional: los subproductos de la naranja inspiran a futuros innovadores rurales del municipio de Topaipí, Cundinamarca

El jueves, estudiantes de noveno, décimo y undécimo grado de la Institución Educativa Departamental Topaipí y de la Institución Educativa Rural Departamental El Naranjal llegaron a los laboratorios de UNIAGRARIA para participar en una experiencia inusual: convertir la cáscara de una naranja en un insumo con potencial para transformar la industria de los alimentos.

La jornada, organizada desde la Facultad de Ingeniería por los Departamentos de Ingeniería Agroindustrial e Ingeniería de Alimentos, ofreció una práctica guiada sobre la extracción de aceites esenciales. Más allá de la química, la demostración reveló a los jóvenes cómo un residuo agroindustrial puede prevenir la oxidación de alimentos y, al mismo tiempo, abrir oportunidades de emprendimiento en la emergente bioeconomía. “Queremos que los estudiantes comprendan que lo que parece un desecho puede convertirse en un recurso valioso para generar innovación”, explicó uno de los docentes responsables de la actividad.

El espacio también fue una oportunidad para acercar a los jóvenes al mundo universitario. Representantes de UNIAGRARIA presentaron los programas de becas institucionales y gubernamentales disponibles, con el fin de garantizar que más estudiantes rurales puedan acceder a la educación superior. Además, la Unidad del Medio Universitario dirigió un taller de orientación profesional que ayudó a los participantes a identificar sus intereses y priorizar sus vocaciones.

El encuentro forma parte del proyecto Uniagrarista Plan 500, Red de Colegios Verdes, una iniciativa que busca integrar la educación básica y media con la educación superior bajo el concepto de una Educación. El objetivo: tender puentes entre la ciencia aplicada y el futuro profesional de jóvenes rurales, despertando vocaciones en áreas estratégicas para el desarrollo sostenible de Colombia.

Para muchos de los asistentes, fue la primera vez que exploraron un laboratorio universitario. Para UNIAGRARIA, fue la confirmación de que la ciencia, las oportunidades de financiación de estudios y la orientación vocacional pueden convertirse en herramientas decisivas para transformar realidades en la vida de los jóvenes rurales.

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